Pinochetismo tropicalLa Misión de Verificación de Hechos de las Naciones Unidas sobre Venezuela publicó su último informe el 20 de septiembre. Concluyó que las torturas practicadas por las fuerzas de seguridad no son casos aislados sino parte de una “maquinaria diseñada y desplegada para ejecutar el plan del gobierno para reprimir la disidencia y consolidar su propio control del poder” y “orquestada al más alto nivel político, encabezada por presidente Nicolás Maduro y apoyada por otras altas autoridades”. El informe acusó a las fuerzas de seguridad de cometer crímenes de lesa humanidad, documentó diferentes formas de tortura, nombró una cadena de mando que incluye a altos funcionarios e importantes figuras políticas, enumeró sitios utilizados para la tortura y documentó 77 víctimas de tortura, violencia sexual y otros actos “inhumanos, actos crueles y degradantes”. El informe también incluyó una sección sobre el Arco Minero del Orinoco, denunciando la explotación sexual y laboral, la violencia contra los pueblos indígenas y la violencia en torno a la minería del oro.Según Mariano de Alba, asesor venezolano en Crisis Group, “es altamente probable” que la Corte Penal Internacional considere el informe de la ONU en su investigación sobre Venezuela. Pero no lo asumirá como “una verdad absoluta” porque Maduro impidió el ingreso de la Misión al país y solo incluye las perspectivas de las víctimas.El mismo día de la publicación del informe, dos agentes de seguridad se presentaron en una conferencia de prensa –presuntamente buscando intimidar a los oradores, familiares de los presos políticos– organizada por Provea, la organización de derechos humanos más antigua de Venezuela. El vocero de Provea lo calificó como un acoso “sin precedentes” y parte de una “escalada mayor contra las organizaciones de derechos humanos”.Amores de vecindarioEl gobierno de Maduro anunció que tomó el control de Monómeros, la empresa propiedad de PDVSA que controla casi el 40% del mercado de fertilizantes en Colombia. La empresa había estado controlada por el gobierno interino de Guaidó desde 2019, lo que desencadenó una ola de escándalos de corrupción entre la oposición.Posteriormente, Tareck El Aissami –Ministro de Petróleo de Maduro– anunció que se emitieron 23 órdenes de captura internacionales contra empleados y directivos de Monómeros asociados al gobierno interino de Guaidó. Explicó que la orden fue presentada a Interpol como una Notificación Roja, que solicita a las fuerzas del orden público a nivel mundial localizar y arrestar provisionalmente a la persona acusada. Guillermo Rodríguez Laprea, el exgerente general de la empresa nombrado por Guaidó, y quien recientemente fue acusado por Leopoldo López de aliarse con Maduro, es uno de los 23 empleados y gerentes.De hecho, apenas un día después de que Naciones Unidas publicara su informe sobre Venezuela, el polémico embajador de Colombia en Venezuela Armando Benedetti –quien previamente había dicho que no participaría en asuntos internos– tuiteó que la oposición “es muy chistosa” mientras mencionaba los escándalos de Monómeros.
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¿Qué pasó la semana pasada en Venezuela?
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Pinochetismo tropicalLa Misión de Verificación de Hechos de las Naciones Unidas sobre Venezuela publicó su último informe el 20 de septiembre. Concluyó que las torturas practicadas por las fuerzas de seguridad no son casos aislados sino parte de una “maquinaria diseñada y desplegada para ejecutar el plan del gobierno para reprimir la disidencia y consolidar su propio control del poder” y “orquestada al más alto nivel político, encabezada por presidente Nicolás Maduro y apoyada por otras altas autoridades”. El informe acusó a las fuerzas de seguridad de cometer crímenes de lesa humanidad, documentó diferentes formas de tortura, nombró una cadena de mando que incluye a altos funcionarios e importantes figuras políticas, enumeró sitios utilizados para la tortura y documentó 77 víctimas de tortura, violencia sexual y otros actos “inhumanos, actos crueles y degradantes”. El informe también incluyó una sección sobre el Arco Minero del Orinoco, denunciando la explotación sexual y laboral, la violencia contra los pueblos indígenas y la violencia en torno a la minería del oro.Según Mariano de Alba, asesor venezolano en Crisis Group, “es altamente probable” que la Corte Penal Internacional considere el informe de la ONU en su investigación sobre Venezuela. Pero no lo asumirá como “una verdad absoluta” porque Maduro impidió el ingreso de la Misión al país y solo incluye las perspectivas de las víctimas.El mismo día de la publicación del informe, dos agentes de seguridad se presentaron en una conferencia de prensa –presuntamente buscando intimidar a los oradores, familiares de los presos políticos– organizada por Provea, la organización de derechos humanos más antigua de Venezuela. El vocero de Provea lo calificó como un acoso “sin precedentes” y parte de una “escalada mayor contra las organizaciones de derechos humanos”.Amores de vecindarioEl gobierno de Maduro anunció que tomó el control de Monómeros, la empresa propiedad de PDVSA que controla casi el 40% del mercado de fertilizantes en Colombia. La empresa había estado controlada por el gobierno interino de Guaidó desde 2019, lo que desencadenó una ola de escándalos de corrupción entre la oposición.Posteriormente, Tareck El Aissami –Ministro de Petróleo de Maduro– anunció que se emitieron 23 órdenes de captura internacionales contra empleados y directivos de Monómeros asociados al gobierno interino de Guaidó. Explicó que la orden fue presentada a Interpol como una Notificación Roja, que solicita a las fuerzas del orden público a nivel mundial localizar y arrestar provisionalmente a la persona acusada. Guillermo Rodríguez Laprea, el exgerente general de la empresa nombrado por Guaidó, y quien recientemente fue acusado por Leopoldo López de aliarse con Maduro, es uno de los 23 empleados y gerentes.De hecho, apenas un día después de que Naciones Unidas publicara su informe sobre Venezuela, el polémico embajador de Colombia en Venezuela Armando Benedetti –quien previamente había dicho que no participaría en asuntos internos– tuiteó que la oposición “es muy chistosa” mientras mencionaba los escándalos de Monómeros.