Edición especial: ¡Debate presidencial en Venezuela!
Venezuela vivió su primer debate presidencial desde 2012: “Hablan los candidatos”, que congregó ocho precandidatos de las primarias en la UCAB.
Venezuela vivió su primer debate presidencial desde 2012: “Hablan los candidatos”, organizado por 37 organizaciones de la sociedad civil y congregando a ocho de los 14 precandidatos de las primarias opositoras en el Aula Magna de la Universidad Católica Andrés Bello en Caracas. Allí, María Corina Machado, Freddy Superlano, Andrés Caleca, Andrés Velásquez, Tamara Adrián, Delsa Solórzano, César Pérez Vivas y Carlos Prosperi respondieron a una serie de preguntas –más que debatir frontalmente– sobre sus planes en cuanto a las primarias y el país, de llegar a la presidencia. Roberto Enríquez no pudo asistir porque viajó a Estados Unidos a reunirse con su asesor Steve Hanke y Henrique Capriles rechazó la invitación, acusando al debate de “profundizar” lás divisiones de la oposición.
¿Qué nos dejó este cosplay de democracia, Raul Stolk dixit?
Personajes y estilos discursivos
Los precandidatos afincaron sus estilos discursivos y ejes temáticos de campaña. César Pérez Vivas (Concertación Ciudadana; ex-Copei) y Andrés Velásquez (La Causa R), dos políticos veteranos del universo pre-chavista, revivieron los estilos discursos de la Cuarta República: grandilocuentes, operáticos, anacrónicos. Las propuestas de Carlos Prosperi (Acción Democrática) –hablando de revivir al programa de becas Gran Mariscal de Ayacucho y prometiendo asegurar vasos de leche en las escuelas– fueron un redux de la edad de oro adeca. Tamara Adrián (Unidos por la Dignidad), primera candidata presidencial trans en la historia del país, entró desde el lenguaje académico: fue, además, la única candidata en mencionar al Arco Minero y al cambio climático. María Corina Machado (Vente) se centró en el anti-socialismo, capitalizando lo emocional y carismático de su comunicación (también, enfatizó dos veces su disposición a recibir el apoyo del chavismo disidente). Delsa Solórzano (Encuentro Ciudadano), fiel a su campaña, se centró constantemente en los derechos humanos en Venezuela. El candidato independiente Andrés Caleca, una de las grandes sorpresas del debate, se mostró pragmático, realista y conciliador: habló de llevar la ruta electoral a las últimas consecuencias y, estratégicamente, recalcó la importancia de ganarse a la Venezuela profunda y al país niní (aquel que no votó ni PSUV ni MUD en las últimas elecciones regionales). ¿La otra gran sorpresa? Freddy Superlano, de Voluntad Popular, posicionándose como un candidato sobrio y presidenciable: con propuestas detalladas para refundar el estado y el modelo económico venezolano.
La oposición vira a la derecha económica
Ante la pregunta “¿Cómo garantizaría un entorno favorable para los negocios e inversión en Venezuela?”, la mayoría de los candidatos remarcaron la importancia de generar confianza en la economía y generar un nuevo marco jurídico para atraer inversión extranjera. Sin embargo, al menos cinco candidatos coincidieron en propuestas liberales para la economía: un cambio de paradigma en la oposición, de un corte más socialdemócrata en ciclos electorales previos.
Andrés Caleca habló de un “modelo de producción en máxima libertad”. María Corina Machado –fiel a su vocación “centro-liberal”– habló una estabilización expansiva de la economía seguida por una posterior expansión productiva que abra mercada e incluya privatizaciones. Espera reinsertar a Venezuela en el sistema financiero internacional y atraer inversión. Pérez Vivas, por su parte, habló de una “economía social y ecológica de mercado” con el sector privado como eje fundamental y una producción diversificada. La diversificación también estuvo presente en la propuesta de Tamara Adrián: quien apuntó a una economía libre de mercado, que incluya a los excluidos, y a un desarrollo sostenible y productivo que reemplace al “extractivismo salvaje”. Freddy Superlano, por su parte, habló de revivir los créditos en el país, crear una nueva Ley de Hidrocarburos que permita una apertura del sector petrolero a privados y darle autonomía al Banco Central de Venezuela.
Un Museo de la Memoria
La discusión sobre derechos humanos, sobre todo de la mano de Solórzano, estuvo presente a través del debate. La precandidata, por ejemplo, aseguró que, de llegar a ser presidenta, su primer decreto consistirá en la liberación de todos los presos políticos. Los otros precandidatos también denunciaron las violaciones de derechos humanos, el asesinato de manifestantes y la existencia de cientos de presos políticos en el país. Sin embargo, la propuesta más llamativa –seguida por una ronda de aplausos de la audiencia– fue la de Superlano: “Al país se le habla con acciones. Hay que cerrar El Helicoide; convertirlo en un museo que sea el ejemplo vivo de lo jamás se va a repetir en este país”. En esta nota: la experiencia de realidad virtual “Realidad Helicoide”, creada por una ONG, ya enseña las condiciones de vida de los presos políticos en lo que sería el centro comercial más moderno del mundo y terminó convirtiéndose en un centro de tortura.
¿Los grandes ausentes?
Varios periodistas y comentaristas recalcaron lo poco substanciales que fueron muchas de las preguntas. ¿Los grandes temas ausentes, esperando posibles soluciones? Los grupos irregulares (y, muchas veces, transfronterizos) y el impacto ambiental, social y político-administrativo del Arco Minero del Orinoco.
¿Otro ausente? Henrique Capriles, abanderado de Primero Justicia. La cordialidad que reinó en el debate probó equivocados sus miedos sobre el debate profundizando las divisiones y conflictos internos de la oposición. De todos modos, Capriles –cuyos números se han desinflado en las encuestas y ha llevado una errática campaña comunicacional que brinca de lo mesiánico a lo burlesco– hizo posteriormente una transmisión live en Twitter con el periodista Vladimir Villegas para discutir el debate. ¿Cuántas personas se conectaron? Alrededor de 50. ¿La transmisión del debate en Youtube? 23.000 personas conectados en vivo, un miércoles al mediodía. Llegó a 181.000 vistas al día siguiente.
La próxima guerra civil opositora
Ignoremos, por un momento, el cierre del debate: con la imagen de Machado negada a subir sus manos con los demás precandidatos (asegura Pérez Vivas, quien sostenía la mano de Machado, que la precandidata le susurró que tenía un problema con su muy simbólica chaqueta ying-yang y no podía levantar los brazos).
¿Cuál fue el verdadero tema que asoma posibles fracturas en la coalición opositora que se espera sellar las primarias? La discusión en cuanto a si hacer o no un plan de sucesión de candidatos –al estilo de las elecciones regionales de Barinas en 2021– ante la posible victoria de un candidato inhabilitado. Machado (recientemente inhabilitada), apoyada por Velásquez, se negó rotundamente a un plan de sucesión. Solórzano fue clara en su apoyo a crear uno. Otros candidatos fueron menos claros, aunque Superlano recalcó repetidas veces su experiencia previa en Barinas (donde su victoria por la gobernación fue arrebatada al ser inhabilitado, apoyando a otro candidato tras varias inhabilitaciones a sus allegados. Al repetirse la elección, la estrategia le aseguró una victoria aún mayor a la oposición en el estado nativo de Hugo Chávez). El lunes 17, de todos modos, los precandidatos se reunirán para discutir una estrategia ante inhabilitaciones.
Similarmente, Machado y Superlano fueron claros en su visión de las elecciones primarias como un proceso para definir un nuevo liderazgo opositor que enfrente al gobierno de Maduro más que meramente como un proceso electoral para elegir un candidato. Estas brechas, claramente ligadas, podrían generar la próxima guerra civil de la oposición en los próximos meses. “Winter is coming…”, dijo Tamara Adrián, “Y ellos [el gobierno] van a jugar a Game of Thrones”.